Bienvenido a Acordaos, oh piadosísima, un sitio dedicado a ayudar a las personas a encontrar libertad de la pornografía y la masturbación. Hay tres aspectos clave e indispensables para vivir la batalla por la pureza en el mundo de hoy: Desconfianza en sí mismo, la oración y la mortificación.
El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
Para combatir correctamente contra el pecado de la lujuria, debemos tener fuertes salvaguardas establecidas, pues nunca podemos saber si seremos capaces de resistir las tentaciones a las que nos exponemos. Y esas tentaciones son infinitas en la cultura actual. La desconfianza de uno mismo simplemente significa estar vigilantes y tener límites claros para nosotros mismos, sin confiar en que “seremos más fuertes” en el futuro frente a la tentación. Este paso es absolutamente crítico. Jesús dice: “Si tu mano derecha te hace pecar, córtala y arrójala de ti; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” Nuestro Señor espera que tomemos medidas severas frente al pecado.
Teléfonos inteligentes:
Andar con un smartphone sin restricciones es como una persona que trata de dejar el exceso de alcohol pero siempre lleva consigo una petaca de whisky. ¡Nos estamos preparando para fracasar! Por supuesto, lo mejor sería simplemente deshacerse del teléfono inteligente (¡y esta puede ser una opción para algunos!). Pero la mayoría necesita sus teléfonos hoy en día para correo electrónico, GPS, etc. Aquí están las mejores prácticas según el dispositivo que tengas.
Apple facilita el control de lo que se puede hacer en un iPhone. Así es cómo bloquear un dispositivo Apple:
Eliminar todas las aplicaciones innecesarias.
Apps de TV/Películas en streaming: Netflix, HBOMax, Amazon Prime, Hulu, Apple TV, Peacock, incluso Disney Plus. Estas plataformas están llenas de contenido inapropiado y no ayudan a ser vigilantes contra la tentación.
Apps de video/fotos: YouTube, TikTok, Snapchat, etc. Igualmente llenas de contenido innecesario.
Redes sociales: pueden contener mucho contenido inapropiado.
Navegadores de internet:
Opción 1: Borrar estas apps. Safari no se puede eliminar, pero sí bloquear fácilmente: en “Restricciones”, selecciona “Restricciones de contenido y privacidad”, ve a “Apps y funciones permitidas” y desactiva Safari.
Opción 2: Si es imprescindible tener un navegador, en la categoría “App Store, medios, web y juegos”, ajusta “Contenido web” a “Limitar sitios para adultos”.
Abre la app de Configuración y ve a Tiempo en pantalla.
Selecciona Contenido y privacidad.
Selecciona Compras de iTunes y App Store.
En “Instalar apps” selecciona No permitir.
En “Solicitar contraseña”, selecciona Solicitar siempre.
Vuelve al menú principal de Tiempo en pantalla y selecciona Bloquear configuración.
Lo más importante: que un amigo, familiar o persona de confianza ponga el código. Puedes pedirlo como una medida para evitar “pérdida de tiempo” sin entrar en detalles.
Si no tienes a quién pedírselo, crea un código difícil, escríbelo en un papel y guárdalo en un lugar incómodo de acceder.
Para instalar una app buena (por ejemplo, de oración o de viajes), hazlo siempre en presencia de tu persona de confianza, que ponga el código y luego vuelva a bloquear la función.
Elimina apps innecesarias.
Apps de streaming: Netflix, HBOMax, Amazon Prime, Hulu, Apple TV, Peacock, Disney Plus.
Apps de video/fotos: YouTube, TikTok, Snapchat, etc.
Redes sociales con contenido inapropiado.
Navegador de internet: AppBlock puede filtrar contenido para adultos.
Configuración:
Crea un “Nuevo horario” todo el día, todos los días.
Activa el bloqueo de contenido adulto.
Selecciona “Modo estricto”.
Desactiva la desinstalación e instalación de apps.
Establece tu método de acceso: por aprobación (correo de alguien de confianza) o por PIN (mejor si lo establece otra persona).
Existen muchas maneras de bloquear contenido inapropiado. Si es complicado, considera usar el equipo solo en zonas comunes o tener únicamente un equipo de trabajo que implique consecuencias si se usa mal.
Consumir solo contenido edificante, apropiado y bello. Antes de ver algo, revisa siempre la sección “Parents Guide” en IMDb.com, sin importar la clasificación.
Leer, aprender un instrumento o idioma, juegos de mesa, deportes, pasar tiempo con familia y amigos, visitar museos.
Es innecesario decir que tener una vida de oración es sumamente útil y beneficioso cuando nos esforzamos por vivir la Santa Pureza. La oración establece y multiplica nuestros contactos diarios con el mundo espiritual y nos trae la ayuda que necesitamos. Nuestra voluntad, debilitada por el pecado, es impotente en el orden espiritual; debe participar de la fuerza de Dios para compensar su debilidad natural, y esto lo puede hacer por medio de la oración.
La oración es el canal por el cual la gracia de Dios —y por lo tanto el poder de Dios— fluye a nuestras almas, permitiéndonos decir con San Pablo: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte.» En nuestros contactos frecuentes e íntimos con Dios podemos encontrar y gozar de una verdadera y santa satisfacción, en la cual incluso nuestros sentidos superiores pueden participar. La piedad y el amor al placer sensual no pueden coexistir en el alma. La oración acerca el alma a Dios y ayuda a debilitar nuestras tentaciones y a fortalecer nuestra resolución para resistirlas.
Corresponde a cada persona decidir cómo incorporar la oración a su vida. Algunas sugerencias:
Dedicar al menos 15 minutos a la meditación silenciosa: «Cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.»
Rezo del Santo Rosario
Lectura espiritual
Lectura de las Sagradas Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento
Coronilla de la Divina Misericordia
Ofrecimiento de obras por la mañana
Examen diario de conciencia
La Liturgia de las Horas
El rezo del Memorare
Finalmente, además de la desconfianza en uno mismo y la oración, una de las herramientas que se ha pasado por alto, pero que es crucial en nuestra lucha espiritual contra los placeres de la carne, es la mortificación.
Esta palabra significa literalmente “dar muerte”, una forma fuerte de decir “no ceder a cada impulso de nuestro cuerpo y, en pequeñas cosas, negarnos placeres simples”. Todos los santos que están en el cielo no llegaron allí sin comprender el llamado íntimo del cristiano a la mortificación.
Mortificación de la vista:
Aunque cueste creerlo, todo lo que hemos mencionado antes sobre bloquear contenido es mortificación. No es divertido. Duele un poco. Nos estamos privando de un cierto placer que deseamos. Y, sin embargo, es crucial no mirar cualquier cosa que agrade a nuestros ojos. Nuestros ojos son las ventanas de nuestra alma, y estamos llamados a contener el deseo de contemplar aquello que es contrario a nuestro crecimiento en santidad.
Mortificación de la memoria y la imaginación:
A veces podemos recrearnos en el pasado de manera poco saludable. Esto puede darnos placer. Estamos llamados a esforzarnos por no pensar excesivamente en los pecados de nuestro pasado. Por supuesto, no tenemos control absoluto sobre lo que viene a nuestra mente. No se nos pide controlar lo que llega, sino lo que hacemos cuando llega. Podemos quedarnos ahí rumiando el recuerdo, o podemos decidir: “Voy a hacer algo para distraerme de este tema: voy a hacer ejercicio, lectura espiritual, rezar el rosario, etc.”
Mortificación del cuerpo:
Si somos excesivos en las cosas del cuerpo, nuestra batalla por la pureza es imposible. La corona triunfante de la Santa Pureza viene con la lucha contra la falta de moderación en todas las áreas. Si comemos demasiado, bebemos demasiado, y hacemos todo lo posible para maximizar nuestra comodidad en este mundo, nos estamos preparando para fracasar. Debemos ponernos a la ofensiva: debemos recordarle a nuestro cuerpo que es nuestra alma inmortal la que manda.
Algunas sugerencias:
Además de no comer ni beber en exceso, elegir un día a la semana para limitarnos a una sola comida, ofreciendo este ayuno por nuestro crecimiento en castidad y por todos los que luchan.
Dormir en el suelo: muchas personas luchan con la impureza al acostarse por la noche. Cuando la mente divaga y la tentación parece invencible, simplemente tomar nuestra manta y almohada y salir de la cama cómoda para acostarnos en el suelo puede dar resultados notables. En lugar de exigirnos caer en la tentación, nuestra carne estará ocupada preguntándose por qué ya no estamos en la cama y estamos voluntariamente en un lugar menos cómodo. Algunos duermen en el suelo hasta quedarse dormidos, o al menos hasta que la tentación desaparezca.
Tomar una ducha fría o tibia de vez en cuando, negándonos el gran placer de una ducha muy caliente.
Evitar el postre ciertos días, no poner azúcar en el café, no añadir sal a la comida en algunas comidas. Son maneras pequeñas pero efectivas de ejercitar nuestros músculos de autocontrol, esenciales para vivir vidas puras.